viernes, 7 de febrero de 2014

LA VIDA NOS APOYA





"Tan pronto oí mi primera historia de amor comencé a buscarte, sin saber lo ciego que estaba. Los amantes no se encuentran finalmente en alguna parte; han estado siempre el uno en el otro." Rumi
"Llamado o no llamado, Dios está presente." Carl Jung
"Pedid y recibiréis, buscad y encontraréis, llamad a la puerta y se os abrirá." Jesús de Nazaret
"Quienes están despiertos viven en un estado de constante sorpresa." Buda

En general, el 99 por ciento del tiempo la vida es benigna y sustentadora. El ego nos lleva a anclarnos en el uno por ciento cuando es doloroso, oscuro y trágico, aunque incluso en esas ocasiones sólo es doloroso y trágico para nosotros (nuestra tragedia podría ser buena suerte para otra persona). Aunque la mente imagina las peores situaciones posibles, como los accidentes de coche, la mayor parte de nuestra vida no se compone de ese tipo de incidentes.
Si miramos con más objetividad nuestra vida, si pudiéramos ver las cosas tal como son, comprobaríamos que, en efecto, la realidad nos apoya muchísimo, que es un milagro. El universo es mucho más generoso de lo que reconocemos, y ante esa avasalladora abundancia, simplemente es lógico despertar y abrirnos a esa generosidad.

Todas las grandes religiones del mundo enseñan que no estamos solos y que se nos apoya y protege de modos invisibles e insondables. En la tradición cristiana está la idea de la «comunión de los santos», creencia en que toda la comunidad del Cielo intercede constantemente por los que todavía están en la tierra. Los hindúes ven la manifestación de Dios en todo y en todas partes, en los árboles, los lagos y las montañas, en las tormentas y los volcanes, del mismo modo en que los budistas ven las infinitas formas de la naturaleza Buda. Las estatuas de santos cristianos y los innumerables bodisatvas son recordatorios de esta profunda verdad espiritual: que no estamos solos y que se nos ayuda en nuestro camino en una variedad infinita de formas.

Uno de los templos más famosos de Japón es el Sanjusangedo (Casa de las treinta y tres naves) dedicado a Kannon, nombre japonés de Avalokitesvara, el buda o bodisatva de la Compasión Divina. Lo que da a este templo su efecto único son las 1.001 estatuas doradas de Kannon dispuestas en diez hileras a lo largo del equivalente a dos campos de fútbol en el interior del templo; es un lugar serenamente imponente, impregnado de exquisita delicadeza y fuerza, que recuerda al visitante que el absoluto, Dios, envía continuamente a la tierra incontables ayudantes y oleada tras oleada de gracia para cada ser humano, así como bendiciones del manantial infinito de su compasión. Causa una arrolladora impresión ver esa multitud dorada de portadores de gracia y buena voluntad procedentes del mundo que está fuera de nuestra percepción normal.

Vamos comprendiendo esta benevolencia lenta pero inexorablemente: cuando nos abrimos al momento presente, todo se convierte en maestro, porque todo en la vida apoya nuestra presencia y nuestro crecimiento. El Eneagrama nos hace ver cómo decimos no a la vida, cómo todo el tiempo les damos la espalda a las riquezas que nos rodean. Pero como nos lo recuerdan las 1.001 estatuas de Kannon, lo que verdaderamente deseamos y buscamos fuera de nosotros siempre está disponible en el aquí y el ahora.



de "El Eneagrama de la Personalidad"
Don Riso y Russ Hudson